Desafíos que plantea la propuesta de la ecología de los saberes
La sentencia categorial o
nomenclatura “Ecología de los Saberes” (Boaventura de Sousa. Dixit) asociada a
o relacionada con una epistemología de la comunicación social amerita de dos
premisas estructurantes, que por sí y en sí mismas son componentes
determinantes a la vez características definitorias de un singular geopolítico
proceso epistemológico de comunicación social. Necesarias para en un análisis
desde una visión crítica proponer, compartir y generar nuevos saberes donde lo
académico se ha de amalgamar con lo ancestral, con lo cotidiano, con lo popular
de la vida vivida en comunión generando comunalidad. Es decir con las vivencias,
con los saberes populares que se producen, reproducen y desarrollan en los
entornos geohistóricos de nuestra territorialidad del sur; en la territorialidad
que en la América Latina “Nuestra América” (Martí. Dixit) se resiste a la
colonialidad a las imposiciones epistémicas “EuroUsacentristas” (El autor.
Dixit) de tiempos pretéritos como a los de este presente-presente epocal;
haciéndose extensiva a las espacialidades y naciones de otros continentes
victimas de igual forma de las prácticas coloniales/neocoloniales impuesta por
la visión hegemónica de Europa y Estados
Unidos de Norte América, por las prácticas hegemónicas ayer del capitalismo
mercantil hoy del mismo capitalismo como modo de producción explotador pero en
su fase neoliberal financiera globalizante.
Una epistemología de la
comunicación social generando saberes y a través de ella misma, fluida,
armoniosa, con sentido geopolítico del conocimiento, cultural contrahegemónica
preñada de haceres, actuares, sentires, luchas y resistencias de los pueblos;
esos saberes (esas insurgentes epistemologías que han de comunicar en y desde
el sur) deben ser propuestos, dados a conocer, deben ser difundidos,
compartidos con una declarada intencionalidad geopolítica para transformar las
realidades siempre y cada vez más en grados superlativos priorizando por lo
humano en armonía complementaria-sustentable con el entorno natural y sus
recursos, configurándose una simbiosis mutualista, potenciándose este
planteamiento en su conjunto como una idea potencia.
Esas dos premisas consideramos
son: en primer orden la que configuramos en dualidad con La Vida y La Escuela, escenarios donde hace su aparición
antropológica el conocimiento, los saberes, lo epistémico; las formas y los
modos de como producir, reproducir, desarrollar y compartir la vida material y
espiritual. Como segunda premisa establecemos la Formación Semantizada, apellidada como formación para la
Trans-Formación “posabismal” (Boaventura. Dixit), para generar conciencia
contrahegemónica, desneocolonizadora, antiimperialista, anticapitalista; una
conciencia correspondida y en nupcias con el actuar comunal en comunalidad.
Tal vez hacer tangible, praxis,
acción comprometida con una geopolítica del conocimiento nuestra americana,
comprometida con una epistemología del sur de aquel “el sur también existe/nuestro
norte es el sur” (Benedetti. Dixit), con una ecología de los saberes
visibilizando “llevar la vida a las escuelas” (Belén Sanjuán. Dixit), para
construir una epistemología de la comunicación social de miradas con, hacia y
desde los adentros geohistóricos de “las venas abiertas” (Galeano. Dixit) de la
América Latina y Caribeña, es el desafío, a nuestro parecer, más estructurante
para visibilizar dentro de lo científico/con lo científico a una epistemología
de la comunicación social sin advertencias ortodoxas de la modernidad y
eclosionada desde lo ancestral/cotidiano/popular
desde los saberes del sujeto geohistórico colectivo pueblo, que ha de confrontar
una ecología de los saberes, repetimos, como uno de sus desafíos.
La premisa configurada en dualidad con la vida y la escuela la
planteamos apoyado en la existencia de una idea fuerza de la ecología de los
saberes formulada con antelación a la que acuña Boaventura de Sousa Santos. La
maestra venezolana Belén Sanjuán en los primeros decenios de la primera mitad
del siglo pasado nos decía había que “llevar la vida a las escuelas”, que en
éstas debían tener participación y protagonismo docente “los maestros
eventuales” (dixit). Mujeres y hombres de la comunidad con determinadas
condiciones prácticas, teóricas, experienciales (epistémicas), de respetada
reputación ética y moral sin importar su grado académico las y los cuales
podían compartir sus saberes y vivencias para producir, reproducir, desarrollar
la vida material y espiritual con las y los estudiantes de las escuelas de su
comunidad. Un saber parido por el actuar ancestral autóctono, cotidiano, de
vida popular sin ataduras al pensamiento eurocéntrico moderno así como a
patrones usacentristas. A eso llamaba, más menos, Belén Sanjuán llevar la vida
a las escuelas; haciendo un ligero ejercicio relacional eso es lo que nos
explica en sus escritos Boaventura al referirse a una ecología de los saberes.
La segunda premisa formación
semantizada/apellidada, debe ser así, ya que sin una connotación geopolítica
del conocimiento firme que la identifique colocándola al lado de un modo de
producción de conocimiento contrahegemónico, antiimperialista, anticapitalista;
se pudiera dejar intersticios por donde se deje escurrir subliminalmente
posiciones y formas de falsa conciencia con apegos a valores, principios de
dominación EuroUsacentristas. Esta formación debe semantizarse humanista, crítica,
contrahegemónica, subversiva, popular, contextualizada, “para otro mundo
posible” (Gadotti. Dixit), revolucionaria, antiimperialista/anticapitalista,
desneocolonizadora, posabismal, no neutral, colectiva, comunal en comunalidad,
investigador-a/agitador-a (Bigott. Dixit), nuestro americana, guiada por el
enfoque geohistórico, como “práctica para la libertad” (Freire. dixit) en fin
una formación con una dimensión política para la trans-formación revolucionaria;
particularmente en nuestra espacialidad territorial venezolana ha de enfáticamente
ser bolivariana, robinsoniana y por qué no decirlo, también ha de ser chavista.
La formación a la que nos referimos debe estar en relación estratégica con una
praxis productiva epistémica ecológica, con la vida haciendo nido concienciador
en las escuelas y éstas respondiendo alejada de todo hegemón a las necesidades
de vida de las comunidades, como un nuevo modo de producción de conocimiento
hecho en el Sur.
Por ello ser palmariamente
declarativos pre se en la dimensión política de esta idea potencia como acto
humano es fundamental si una epistemología de la comunicación social desde el
sur, para el sur y con el sur es lo que se pretende instituir, donde la
ecología de los saberes acepte sus desafíos como por-venir.
Profe. Alí Marcano.
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